"Todas estas prácticas, el aprovechamiento del terreno disimulando la situación de los tiradores, la ocupación de las crestas, las retiradas, etcétera, esa malicia del combate, los moros la señalan con las palabras españolas de saber manera, y es indispensable en esta guerra que todos aprendan a saber manera."

(Comandante Franco, libro “DIARIO DE UNA BANDERA”. SEGUNDA PARTE. En Territorio de Melilla, Capítulo XVIII Ambar y Tuguntz)

Con adición de notas, enlaces e imágenes por el gestor de este blog.


Los cañones enemigos colocan sus proyectiles entre nuestros sostenes sin causarnos bajas, mientras en la izquierda, una compañía del Batallón de Galicia avanza en auxilio de los Regulares. Con los gemelos vemos aproximarse al lugar donde el fuego es más empeñado un enorme guerrillón; los moros de Regulares, retrasados en la loma y parapetados, nos indican lo que va a pasar, ¡Quién pudiera detenerlos! El enemigo espera que se adelanten, y cuando están al descubierto rompen el fuego y caen sin combatir una porción de soldados. Muchos se tumban y disparan, pero, ¿a dónde?, ¡si uno de los problemas de esta guerra es aprender a ver al enemigo! La gente se porta bravamente, pero como dicen los moros: TODAVÍA NO SABER MANERA.

(Comandante Franco, libro “DIARIO DE UNA BANDERA”. SEGUNDA PARTE. En Territorio de Melilla, Capítulo XVIII Ambar y Tuguntz)


Relatadas las operaciones, no he de dejar de hacer unos comentarios a esta clase de guerra, pues si en algún capítulo señalo defectos, no ha sido el deseo de crítica el que dictó mis palabras, sino por el contrario, el explicar los medios con que pueden corregirse.

Todos los que hemos servido en fuerzas indígenas conocemos la frase tan frecuente en esta guerra entre los moros: TENIENTE FULANO NO SABER MANERA; quieren decir con esto, que no tiene todavía la malicia de la guerra y hace la aplicación rígida de los reglamentos, sin amoldarlos a la índole especial del combate.

En esta campaña hemos visto frecuentemente los casos en que por NO SABER MANERA (emplearemos la frase), se acrecentó el número de bajas.

El combate en Marruecos se caracteriza por no presentarse el enemigo en los avances en una situación decidida y franca; los moros no aparecen al descubierto y hacen del terreno un aprovechamiento ideal. Si se avanza, generalmente retroceden combatiendo; y si las tropas se estabilizan, se aproximan por las barrancadas y zona desenfilada y pronto existen un sin número de tiradores que aprovechan los momentos propicios para causar numerosas bajas.

Si a esos tiradores oponéis las rígidas secciones en guerrilla de nuestros reglamentos, aumentarán vuestros heridos. Esto sólo lo evita el oficial obligando a su tropa, al estabilizarse, a hacer un perfecto aprovechamiento del terreno, formando con las piedras pequeños parapetos, que más tarde han de resguardarse de los fuegos enemigos, sin colocar más hombres que los necesarios para la acción, permaneciendo detrás, a cubierto y todo lo próximo que sea posible, el resto de la unidad, despiertos y prevenidos para contrarrestar, caso preciso, cualquier reacción enemiga.

(…)

Todas estas prácticas, el aprovechamiento del terreno disimulando la situación de los tiradores, la ocupación de las crestas, las retiradas, etcétera, esa malicia del combate, los moros la señalan con las palabras españolas de saber manera, y es indispensable en esta guerra que todos aprendan a saber manera.

(Comandante Franco, libro “DIARIO DE UNA BANDERA”. SEGUNDA PARTE. En Territorio de Melilla. Capítulo XX Consideraciones generales.)



***


***